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Colchones para la Cuna de tu Bebé

El colchón que va usar el recién llegado es un elemento fundamental del dormitorio junto a la cuna, pues va a ser  donde éste pase más tiempo al principio y, además, la cuna y su ‘socio ‘pueden ser usados hasta los dos años de edad, cuando ya se pueden hallar los primeros modelos de cama de ‘niño mayor’.

No existen unos tamaños férreos en cuanto a los colchones de niños, pues van en función del tamaño de las cunas. Aún así, las medidas más comunes son 60×120 o 70×140 centímetros. Se pueden encontrar más grandes para modelos de lujo,  cunas adaptables o convertibles, o más pequeños en función del espacio con que se cuente.
Hay un matiz en estas medidas, pues son ligeramente más pequeñas a las citadas en realidad para que los colchones quepan dentro de las cunas y para meter las delicadas sábanas: como máximo ha de caber un dedo entre colchón y mueble.






En cualquier caso, hay que considerar que cuanto más pequeño o estrecho se elija, más pronto habrá que cambiarlo cuando el niño crezca.
Otro factor importante es el grosor: entre unos 8-13 centímetros de espesor serán suficientes. Esto combinado con la composición debe ofrecer suavidad que se adapte al cuerpecito como un molde y la vez ofrezca la firmeza necesaria para que el retoño mueva la cabeza sin problemas, mantenga la espalda recta y no se hunda en el colchón.

En cuanto a los componentes de la colchoneta, uno se puede enfrentar a distintos colchones para escoger.
El único que parece inadecuado es el que emplea muelles porque es el más ‘duro’. Todavía se vende este modelo que es el más antiguo de todos pero es el que más rápido se deforma, y teniendo en cuenta la variedad actual es mejor optar por otros.
Si se elige este tipo hay que estar pendiente de que el látex sea ecológico e hipoalergénico, ya que algunos bebés pueden ser sensibles a este material. Los expertos dicen que los que sólo se componen de este ‘ingrediente’ son demasiado cálidos, hacen sudar al durmiente y deben ventilarse a menudo. No obstante, hoy en día vienen con sistemas de aireación y de esterilización avanzados.
Estos ‘camastros’ son superhigiénicos y su acogida es muy mullida, ya que tienen un ‘efecto molde’ con memoria, con bastantes puntos de descanso, que recupera progresivamente. Si quieres saber más de este material, pincha en nuestro artículo sobre el colchón viscoelástico
Este tipo combina los dos anteriores: un núcleo de látex y capas superficiales de viscolástica y, en bastantes ocasiones, otras capas de espumas u otros materiales que permiten que no den tanto calor y sean igual de higiénicos.

También se conoce como foam o poliuretano y hoy se combinan en capas para ofrecer más estabilidad o  comodidad. Estos son de los más antiguos junto a los muelles. Ofrecen una peor relación de firmeza-suavidad, siendo mucho más blandos, o más duros, aunque suelen ser más baratos.
En este apartado también se hallan las espumas con memoria que se adaptan por termopresión o el visco foam.
Colchón cuna de fibras vegetales
Una combinación ecológica perfecta de fibras vegetales como el coco,el algodón, la soja o el aloe vera, con elementos sintéticos o muelles.
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En cualquier caso, si se opta por una marca de calidad todas las garantias de higiene y salud van incluidas en estos colchones: todos llevarán el certificado Oko-tex, el sistema Sanitized. Es muy frecuente que la estructura sea de células abiertas para impedir el exceso de calor y la ventilación del material, e importante que tenga fundas lavables.

Los colchones para bebés han de ser higiénicos, pero también seguros, por eso es imprescindible asegurarse de :
Las medidas justas del colchón y distancias respecto a la cuna.  También es importante observar la altura que separa el colchón y el fin de las barras. Esta distancia debe ser de al menos 40 centímetros para que el bebé no pueda caerse. Otros consejos de seguridad:
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Las fundas deben ser reguladoras del calor, lavables e hipoalergénicas.Es recomendable que cuenten con sistemas antiahogo, al menos en la cabecera. Esto significa que hay un cierto refuerzo para la cabeza del niño de modo que no se hunda y pueda respirar mejor y girarse.Si usas un colchón de viaje para el moisés o cuco portátil observa que no sea excesivamente fino y que no se doble justo por la mitad.