El diseño de esta casa minimalista de Frederico Valsassina, proyecta que entiende la autonomía de la espacialidad: Social y privada, día y noche. A las condiciones del despliegue, tanto en términos de topografía y sus límites, la posición de la villa destaca la creación del eje visual dominante. Las áreas de servicio estratégicamente, protegen áreas sociales, ocupando la implementación local más desfavorecida.
Un espacio de distribución cerca de la entrada, articula la relación íntima entre la zona y el área de la casa, haciendo hincapié en la interacción entre los laicos de la tierra y la definición del programa de vivienda. Al invertir en la transición gradual entre el interior y exterior, la terraza es asumida como una extensión natural de la zona de vida, que promueve un diálogo constante con el medio ambiente y la flexibilidad en la consignación propuesta de diferentes espacios.