La dueña de este tercer piso tiró todos los tabiques para convertir los 60 m² en un loft, demostrando una vez más que no hay espacio que se resista a un estilo o al revés. Un buen truco para ganar espacio fue el uso de puertas correderas para separar el dormitorio y el baño de la sala principal. Decorado en blanco y madera, las piezas justas de mobiliario son claves para agrandar el espacio todavía más.
Vía: Au Coin du Monde
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